Pero también y debido a su nivel de generalidad, debemos tener en cuenta en cuanto a la enseñanza y el aprendizaje de los conceptos científicos de la geografía:
1- Introducir al concepto científico cuidando su relación con las nociones de sentido común;
2- Establecer relaciones entre el plano de lógico-verbal del concepto y lo visual-directo (imágenes y casos concretos que lo ejemplifiquen);
3- Propiciar asociaciones e integraciones con otros contenidos que permitan la construcción de conocimiento elaborado que habilite, por lo tanto, una mayor capacidad de operatoria de pensamiento.
La expresión región de frontera procede del concepto de al frente, como si fuera la punta de lanza de la civilización. La expresión límite fronterizo procede de límite (bound), que implica un límite territorial. Por consiguiente, la región de frontera está orientada hacia fuera y el límite fronterizo está orientado hacia dentro. Un límite fronterizo es una línea definida de separación, mientras que una región de frontera es una zona de contacto.
En los escenarios competitivos los límites fronterizos suelen ser mucho más arbitrarios, porque reflejan los acuerdos contractuales entre los competidores. En estas áreas es donde hacen falta límites fronterizos claros para evitar que se produzcan disputas, de modo que lo normal es que esos límites fronterizos se adapten a accidentes físicos, como ríos, y a veces no son más que líneas geométricas trazadas normalmente sobre la latitud o la longitud. Ejemplos de estos tipos de límites fronterizos contractuales son los límites fronterizos occidentales de EEUU al norte y al sur, a lo largo del paralelo 49° Norte y el río Grande respectivamente.
(Taylor, Peter – Flint, Colin “Geografía Política : economía – mundo, Estado- Nación y localidad” Trama Editorial, 2002, Madrid.)
Límite y frontera
El límite internacional es uno de los elementos constitutivos de la periferia de los Estados y se lo define como la línea convencional que separa dos Estados contiguos. Su establecimiento es el resultado de acuerdos, arbitrajes mediaciones, guerras, etc. Estos límites son creaciones humanas, aunque utilicen algún elemento físico como apoyo. Por lo tanto, no existen los límites naturales, sino que son todos arbitrarios.
La frontera es la franja del territorio que se encuentra a ambos lados del límite internacional; por lo tanto, todo límite genera dos fronteras. Su ancho es variable y depende de la influencia que recibe un país de otro. Se caracteriza por ser un área de mezcla de las condiciones específicas de cada país vecino: idioma, actividades económicas, música, comida, vestimenta, etc.
(Echeverría, María Julia – Capuz, Silvia María: “Geografía: la Argentina y el MERCOSUR” A-Z editora, 2000, Buenos Aires.)
Frontera
La frontera [es] a primera vista (…) el lugar de encuentro de los que por diferentes razones son diferentes entre sí, como los indios por un lado y los civilizados por otro; como los grandes propietarios de tierra, por un lado y los campesinos pobres por otro. Pero el conflicto hace que la frontera sea esencialmente y en un mismo tiempo, un lugar de descubrimiento del otro y de desencuentro. No solo el desencuentro y el conflicto derivados de diferentes concepciones de vida y visiones de cada uno de los grupos. El desencuentro en la frontera [se da entre grupos] cada uno situado diversamente en el tiempo de la historia.
(Souza Martins, José de: O tempo da fronteira. USP, 1996, San Pablo. ")
Horacio Quiroga (1878-1937) y "Los desterrados"
La relación entre la biografía y la obra de Quiroga con la zona de frontera nordeste y la selva misionera permite dotar de densidad vivencial e histórica, así como introducir la dimensión singular y los matices locales de una zona de frontera como es el pueblo de San Ignacio, lugar en el que vive y al que recrea con sus extraños personajes en Los desterrados.
Una profunda trasformación experimenta la vida de Quiroga, cuando por 1903, forma parte como fotógrafo, de una expedición de estudio a las ruinas de San Ignacio, encabezada por Leopoldo Lugones.
Más tarde adquiere tierras en los alrededores de San Ignacio, donde reside entre 1909 y 1916 y entre 1931 y 1936. Así hace su pasaje, que lleva de Montevideo a París, de París a Buenos Aires y de allí a la selva misionera. "La transformación... es profunda y orgánica: el dandy se ha convertido en proletario, el amante parisino en un devoto selvático, el extravagante en un hombre de gustos sencillos y recios, todo por efecto de sus aproximación a la naturaleza" (Delgado y Brignole, 1939)En Los desterrados (1926) Quiroga presenta a los "ex-hombres" o "fronterizos del bosque", extranjeros que, por razones desconocidas, terminan por vivir en la selva. Dice el texto: "Misiones, como toda región de frontera, es rica en tipos pintorescos". Estos ex-hombres son los que viven en la frontera, y esto en varios sentidos. En la frontera entre la rudimentaria civilización y el bosque; en la frontera entre varios países y consecuentemente entre varias lenguas; en la frontera entre lo racional y lo irracional. Pero también, y en el trasncurrir de las historias del libro, en la frontera entre dos tiempos: el de las primeras avanzadas de la cultura, "tiempos heroicos del obraje y la yerba mate", y el presente, atravesado por los inicios del movimiento obrero y la legislación sobre la propiedad de la tierra.
En el primero de los cuentos de "Los desterrados" podemos ver ejemplificadas las conflicitivas relaciones que se estructuran en las zonas de frontera y ejemplificar el concepto de Souza de Martins (op. cit.)Las historias de Joao Pedro permiten comprender que "...el conflicto hace que la frontera sea esencialmente y en un mismo tiempo, un lugar de descubrimiento del otro y de desencuentro... derivados de diferentes concepciones de vida... cada uno situado diversamente en el tiempo de la historia."
"Joâo Pedro remontó el Paraná hasta los obrajes, donde actuó breve tiempo, sin mayores
peripecias para sí mismo. Y advertimos esto último, porque cuando un tiempo después Joâo Pedro acompañó a un agrimensor hasta el interior de la selva, concluyó en esta forma y en esta lengua de frontera el relato del viaje:
–Después tivemos um disgusto... E dos dois, volvió um solo *.
* _ Después tuvimos un disgusto... Y de los dos volvió uno solo.
Durante algunos años, luego, cuidó del ganado de un extranjero, allá en los pastizales de la sierra, con el exclusivo objeto de obtener sal gratuita para cebar los barreros * de caza, y atraer tigres. El propietario notó al fin que sus terneras morían como ex profeso enfermas en lugares estratégicos para cazar tigres, y tuvo palabras duras para su capataz. Éste no respondió en el momento; pero al día siguiente los pobladores hallaban en la picada al extranjero, terriblemente azotado a machetazos, como quien cancha yerba de plano.
* _ Terrenos salitrosos.
También esta vez fue breve la confidencia de nuestro hombre:
–Olvidóse de que eu era home como ele... E canchei o francéis * .
* _ Se olvidó de que yo era tan hombre como él... Y liquidé al francés...
El propietario era italiano; pero lo mismo daba, pues la nacionalidad atribuida por Joâo Pedro era entonces genérica para todos los extranjeros.
Al iniciar el cuento "El techo de incienso" la frontera se demuestra como un área de mezclas, donde las especificidades o los opuestos se confunden, ya que están en un lugar de paso y comunicación. El pueblo de San Ignacio, como ejemplo, es mostrado como "una serie de ranchos ocultos unos de los otros por el bosque": en la civilización está la selva.
"En los alrededores y dentro de las ruinas de San Ignacio, la subcapital del Imperio Jesuítico, se levanta en Misiones el pueblo actual del mismo nombre. Lo constituyen una serie de ranchos ocultos unos de los otros por el bosque. A la vera de las ruinas, sobre una loma descubierta, se alzan algunas casas de material, blanqueadas hasta la ceguera por la cal y el sol, pero con magnífica vista al atardecer hacia el valle del Yabebirí. Hay en la colonia almacenes, muchos más de los que se pueden desear, al punto de que no es posible ver abierto un camino vecinal, sin que en el acto un alemán, un español o un sirio, se instale en el cruce con un boliche. En el espacio de dos manzanas están ubicadas todas las oficinas públicas: comisaría, juzgado de paz, comisión municipal, y una escuela mixta. Como nota de color, existe en las mismas ruinas –invadidas por el bosque, como es sabido– un bar, creado en los días de fiebre de la yerba mate, cuando los capataces que descendían del Alto Paraná hasta Posadas bajaban ansiosos en San Ignacio a parpadear de ternura ante una botella de whisky."
Hay en este texto un ejemplo de los cambios y las continuidades en el tiempo: las singularidades y los matices propios de una época, así como las huellas de la avanzada civilizatoria (el bar que quedó en las ruinas en los días de fiebre de la yerba); pero también las similitudes con lo que es común a las áreas fronterizas de cooperación y articulación productiva. Así pueden observarse como continuidad en el espacio de la triple frontera de Argentina, Paraguay y Brasil, la cantidad de almacenes mucho mayor a la deseable, la multiplicidad de orígenes étnicos y de idiosincracias culturales, así como el abarrotamiento y las mezclas en todos los sentidos.
Conceptos científicos, referencias biográficas, textos literarios e imágenes constituyen así recursos integrados que permiten construir actividades de aprendizaje que invitan a observar, interpretar, identificar, encontrar similitudes y diferencias, clasificar, relacionar e incluso imaginar la diversidad de los espacios geográficos y la complejidad que los mismos poseen como realidad construida socialmente.
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