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Necesitamos
desplegar un pensamiento complejo y creador para encontrar nuevas formas de
vida en cada parcela de nuestras prácticas humanas. Necesitamos nuevos modos de
pensar que nos permitan reconfigurar incluso nuestra cotidianeidad, la relación
con la naturaleza, con el mundo tecnológico, con los demás, con nosotros
mismos...
Vivimos en un mundo altamente codificado y en el que las
coordenadas que estructuran nuestros entornos tecno-comunicacionales, sociales
y naturales, están en permanente mutación. Esto requiere nuevos
posicionamientos subjetivos. No alcanza con nuestro pensamiento
lógico-conceptual -compartimentado en disciplinas del saber, concentrado e
hiper-especializado- No basta con sus modos binarios y dicotómicos...
Es indispensable la configuración de un pensamiento IN -inventivo y creador- que nos permita captar toda una serie
de relaciones más complejas y sutiles que se entraman tras la percepción
sesgada por las categorías del lenguaje y las costumbres.
El pensamiento IN es un modo que INtegra
las potencias de lo conceptual lógico con las fuerzas de lo analógico, lo
simbólico y con las operatorias creadoras de lo INconsciente. Sólo este
modo INtegrado
del pensamiento, puede avanzar estableciendo conexiones sensibles al fluir de
la realidad, a sus intercambios y movimientos.
El pensamiento IN emplea su poderosa capacidad
hibridante para ensamblar, acoplar y establecer nexos entre un dominio conocido
que necesita una renovación y otro dominio afín -pero lejano, olvidado o
invisibilizado- que viene a aportarle una nueva perspectiva.
El
pensamiento IN hace referencia a actitudes vitales y a condiciones
subjetivas que habilitan lo IN: inteligente, ingenioso,
inventivo, innovador, por insight... Y que sólo es posible por: interacción,
internalización, integración, intensificación, incorporación, inmersión...
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